Paula de Vera es una escritora madrileña de fantasía que recientemente ha publicado su primer libro: Los hijos de los dioses, con Chiado Editorial. Una escritora que irrumpe con fuerza y mucha ilusión en el panorama actual.
1. ¿Qué consejos
darías a alguien que está comenzando en el mundo de la escritura creativa?
Fundamentalmente dos: humildad y
perseverancia. El primero porque no podemos pensar, de entrada, ni que somos el
nuevo García Márquez, ni que las editoriales son tan orgullosas que nunca
aceptarán un manuscrito tan maravilloso como el nuestro porque somos noveles
(algo que parece mentira, pero se oye decir). Y el segundo, porque escribir un
libro no nos convierte en escritores, y el hecho de publicar tampoco significa
llegar al final del camino. Siempre se puede seguir mejorando, y lo más
importante de todo es tener ganas de contarles algo a los demás; de llegar al
público y de que tus historias marquen a la gente que las lea.
2. ¿Cuál es la
primera piedra que sueles poner en tus novelas?
Yo diría que para mis escritos, sean cortos o
largos, suelo poner tres piedras iniciales: protagonistas, trama y final. Las
dos últimas me parecen casi más importantes, porque para escribir una historia
debes saber de antemano de qué irá y cómo acabará. Después, ya se podrá ir
enriqueciendo el relato a medida que se vaya avanzando en él. Eso sí, aún
teniendo claros estos puntos, hay que hilar muy fino para conseguir unir todos
los puntos de la trama, más cuanto más larga y compleja sea la historia.
3. ¿Podrías
contarnos algún secretillo que tengas a la hora de ponerte a escribir?
Confieso que soy una enamorada de la música.
La llevo a todas partes, y el momento de escribir no es una excepción. Me
inspira y me ayuda a concentrarme en la historia, e incluso me da nuevas ideas
cuando voy en el autobús o por la calle y no estoy delante del ordenador.
El estilo que escuche suele variar mucho
según el estado de ánimo que tenga o el fragmento de historia que esté
construyendo pero, en general, se podría decir que mi Spotify es un cajón desastre en el que cabe desde música étnica
hasta bandas sonoras, pop o hip-hop.
4. Como lectora,
¿qué ingredientes debe tener una buena historia?
Debe estar bien contada, ante todo. Los
personajes deben llegar al lector, que este se sienta casi identificado con
ellos. También debe haber misterio pero solo si está bien resuelto, que el
final no parezca sacado de la manga en el último momento. Y se debería procurar
evitar los clichés muy evidentes, porque a veces da la impresión de que eso ya
lo has leído en otra parte y puede quitar interés a lo que queda por leer.
5. ¿Qué consideras
más importante: la trama o la manera de contarla?
Ambas cosas son importantes. El escritor debe
tener la trama clara desde el principio; un cuaderno para esquemas o borradores
de los capítulos y los entresijos de la novela puede ser un buen punto de
partida. Pero a la hora de ponerse a “tejer” la historia, es muy importante cómo
se cuenta. Debes tener claro qué contexto manejas ¾fantasía épica, mundo real,
histórico, actual… ¾ porque según eso el vocabulario o la forma de describir
las situaciones y los entornos puede variar enormemente. Una de las primeras
cosas que yo aprendí de la escritura fue que mezclar un castillo de un mundo
lejano y descripciones de seda y damasco no encajaban con una princesa de trece
años que decía: “qué guay es todo esto”.
Por último, decir que mucha gente se frustra
porque se quedan atascados en un punto de la historia y no saben cómo seguir. A
mi eso también me ha pasado, pero por eso sé que es importante tener la trama y
el final claros, así como un bloc donde ir apuntando las ideas que se vayan
ocurriendo hasta elegir la que más nos convenza para seguir. Y paciencia.
Aunque se tarde unos días más de lo que esperábamos, el resultado probablemente
merecerá la pena.
6. ¿Podrías
decirnos algo que te agrade y algo que no te guste encontrar en un libro?
Mi género favorito, por supuesto, es la
fantasía en todos sus niveles, aunque reconozco que hay temas que están muy
trillados y que es difícil leer cosas novedosas. Hay una cantidad ingente de
títulos, pero hay que andarse con pies de plomo a la hora de elegir para no
encontrarte algo que ya te suene. Se repiten muchísimos tópicos y es algo con
lo que yo intento tener mucho cuidado a la hora de escribir.
Referente al estilo, me gusta que la historia
sea fluida y natural, que el estilo no sea recargado y que el escritor sepa
mantener la intriga o el interés hasta el final.
También me gustan las historias de amor, sea
en el género que sea, aunque en su justa medida. Es decir, no me atrae, por
ejemplo, una novela romántica de mil páginas s encuadrada en la Guerra de la
Independencia Americana, y que apenas salgan cuatro escenas románticas de los
dos protagonistas, como tampoco me convence un libro que termine por empachar
de la cantidad de romance que contiene.
Por último pero no por ello menos importante,
me encanta la novela de humor, pero mejor inteligente que grotesco y de mal
gusto.
7. ¿Cuándo
comenzaste a escribir?
Empecé a escribir a los trece años animada
porque otra amiga dos años mayor iba a comenzar su primera novela. Las dos
comenzamos escribiendo fantasía épica; en mi caso, una novela llamada “Alma
Elemental” en la que cinco príncipes y princesas de un mundo lejano partían en
busca de los espíritus de los cuatro elementos. Si pensamos en Los Hijos de los
Dioses que fue mi primera novela publicada, se ve que esta temática no es algo
nuevo entre mis intereses… (ríe)
8. ¿Por qué diste
el salto a intentar publicar?
Lo cierto es que es algo que llevo intentando
desde que terminé “Alma Elemental”, pero como con catorce años no tenía mucha
idea de cómo funcionaba el mundo editorial y la autoedición tampoco estaba muy
en boga (creo que colgué un cuento en Lulu y poco más), el tiempo fue pasando y
la escritura quedó como un pasatiempo.
Aun así, continué escribiendo novelas ¾otras
tres antes de Los Hijos de los Dioses¾ y me presenté con más o menos éxito a algunos
concursos: el de cortometrajes del FICI para institutos, la Ruta Quetzal, Madrid
Rumbo al Sur y otros certámenes que fui encontrando en internet o en el tablón
de anuncios de mi instituto. También participé en el periódico de este último y
en el taller de escritura El Hilo Azul, llevado por una de las profesoras de
literatura del centro.
9. Creo que has
asistido a talleres de escritura creativa. ¿Te han ayudado?
Debo decir que los dos años que pasé
asistiendo al Hilo Azul me sirvieron de mucha ayuda porque, considerando que yo
me centraba sobre todo en temática fantástica y relato, las actividades
planteadas en el taller me ayudaron a expandir mi creatividad a otros campos,
como la poesía, la escritura conjunta o la improvisación a partir de determinadas
pautas dadas -desde palabras sueltas hasta música clásica, pasando por
instrucciones de freidoras escritas en otro idioma-. Fue una época muy
instructiva y tremendamente divertida. Tengo pendiente volver a pasarme algún
día; a ver si la ilusión por escribir sigue tan presente en sus alumnos y
profesores como en los años que yo lo disfruté.
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Gracias, Paula, por contestar a nuestras preguntas.
Si queréis conocer un poquito más sobre ella, podéis encontrarla en las siguientes direcciones: